Enclavada en pleno Altiplano, entre la cadena montañosa levantina y la meseta manchega, Yecla ofrece al visitante una estampa de una belleza singular: áridos paisajes de piedra, contrastan con los cultivos del olivo, el cereal y la vid.
TIERRA NOBLE, LEAL Y FIEL
La vida de esta tierra, 'Noble, Leal y Fidelísima', tal y como reconociera Felipe V en 1707 en el título que dio a la villa, gira en torno al vino y el mueble, sus raíces más arraigadas. En la actualidad, la ciudad industrial y moderna convive con la villa del pasado mezclando patrimonio y tradiciones.
La Plaza Mayor puede ser un excelente punto de partida para comenzar nuestro recorrido. Presidida por el edificio del Ayuntamiento, este lugar guarda varias joyas de gran valor histórico y artístico como los palacios de Alarcos (XVI-XVII) y del Concejo (XVI-XVII); el antiguo Pósito o Alhorín (XVI-XVII); el Auditorio (XIX) y la Torre del Reloj (XIX).
Desde allí, a tan sólo unos pasos, llegamos a la Parroquia de la Asunción o 'Iglesia Vieja', donde se encuentra el Museo de la Semana Santa. El edificio recoge imágenes, estandartes, tronos, bordados, túnicas y otras piezas de interés que participan en la pasión yeclana. En pleno casco histórico, el visitante también podrá contemplar el Arco de Isabel la Católica, construido para la entrada triunfal de los monarcas en 1488, y donde se encuentra la Hornacina de San Blas. También veremos el Balcón sobre la Torre. Mención especial merecen los barrios con más tradición como la Judería, que antaño fue probablemente un asentamiento judío; y la Jabonería, calle con nombre del antiguo oficio desde 1715. En este lugar, se encuentra además la Iglesia del Hospitalico y la Casa Palacio de los Ortega, actual Casa Municipal de la cultura que acoge el Museo Arqueológico Cayetano de Mergelina y el Museo de Réplicas de 'El Greco'.
Mientras recorremos los rincones más pintorescos de este lugar, nos encontraremos con una agradable sorpresa literaria: la existencia de varios mosaicos, donde el escritor José Martínez Ruiz 'Azorín' relata las experiencias que vivió en la ciudad.
En el plano cultural, Yecla también goza de una vida muy activa, ofreciéndonos lugares interesantes como el 'Casino Primitivo', destacado centro social y cultural; y el Teatro Concha Segura, que rinde homenaje a esta actriz yeclana.
Otro de los lugares con mayor encanto y que merece una visita casi obligatoria, es el Parque de la Constitución, un pequeño paraíso natural en medio de la ciudad, por el que pasean los vecinos de la ciudad.
La villa guarda una profunda religiosidad. Sólo con echar un vistazo a algunos de sus templos el visitante podrá percibir la gran devoción que sienten los yeclanos por sus patronos. Además, en este contexto, resulta recomendable hacer una parada en la Basílica de la Purísima Concepción o 'Iglesia Nueva'; y en la Iglesia de San Francisco, donde podremos contemplar una auténtica joya del barroco murciano: la capilla de la Virgen de las Angustias.
LA RUTA DE LAS IGLESIAS
Asimismo, en las afueras, existe una ruta que invita a conocer otros edificios sagrados de gran significado e importancia para las gentes de esta tierra. Encontramos la Iglesia y Convento de Clausura Monjas Concepcionistas, la Iglesia de San Roque, que es la más antigua de Yecla; la Parroquia del Niño Jesús, la Parroquia de San Juan y la Ermita de Santa Bárbara. Muy cerca de allí, se ubica la Plaza de Toros, que alberga el Museo Taurino, con infinidad de objetos del mundo de la tauromaquia.
Además de esta apasionante oferta cultural y religiosa, la ciudad guarda una sorpresa más: la Ruta Cerro del Castillo, donde podremos disfrutar de lugares de gran interés paisajístico, arqueológico y monumental. Se asciende a través del Paso de la Bandera, un bello mirador enclavado junto a una de las rampas de acceso al cerro. Este recorrido nos permite visitar el Santuario del Castillo; el Museo Mariano "Virgen del Castillo", donde se exhiben todo tipo de objetos y documentos relacionados con la devoción a la Virgen del Castillo; y, por último, el Yacimiento Arqueológico Hisn Yakka.